Exposición en el Museo Textil de Oaxaca abril-mayo 2022
ephemĕrus
Transitorio. Pasajero. De corta duración. El sabor de una naranja. El trinar de un pájaro. La brisa matutina en una playa. Son algunas de las cosas que vienen a nuestra mente cuando escuchamos la palabra “efímero”. Sin embargo, un viaje lingüístico nos lleva a otro sentido del mismo término.
La cuarta edición del diccionario de latín de Adam Littleton, publicada en 1703, presenta el vocablo ephemĕrus. Una de las acepciones que brinda es un término médico, pues describe una fiebre de un día de duración. Así, lo efímero no solamente comprende un asunto de tiempo, sino que también describió, al menos durante un tiempo, una respuesta corporal. ¡Qué ganas de que esta fiebre que trajo consigo el COVID –así como todas sus consecuencias– tuviera un solo día de duración!
Cecilia Salcedo es una habitante más de este planeta que permaneció en casa por la pandemia que nos transformó en 2020. Acostumbrada a salir para mirar y apreciar la naturaleza a través de su lente fotográfica, de pronto vio interrumpido su andar. Imposibilitada de salir para adentrarse en la vegetación, miró hacia adentro, hacia lo que su entorno inmediato le ofreció. La botánica que tanto ha nutrido su trabajo halló una nueva manera de manifestarse en su obra. Cecilia está acostumbrada a plasmar imágenes a través del revelado y de la impresión sobre papel, pero en esta ocasión, las imágenes dejaban su impronta en la tela. Ya no se trataba de emulsiones de plata o gelatinas, sino que ahora se recurría a la antigua química tintórea textil, donde minerales como el alumbre o el sulfato de hierro entran en juego con la humedad y la temperatura para crear imágenes por medio del fijado y entonación de colores sobre las telas.
Es así como Cecilia incursionó en la técnica que se conoce como ecoprint, método desarrollado por India Flint, a quien se le atribuye esta técnica de estampado luego de haber impreso hojas de eucalipto sobre tela en su natal Australia. El ecoprint consiste en el aprovechamiento de las formas, colores y compuestos naturales de las hojas para que, en combinación con mordentes, agua líquida y vapor, éstas dejen sus huellas sobre la tela.
Además de hojas, Cecilia experimentó con la utilización de frutos cortados en rodajas muy delgadas, así como con flores, hierbas aromáticas e incluso, polvo de grana cochinilla.
Su experiencia en el campo de la fotografía la llevó a crear imágenes a partir de distintas composiciones botánicas en los lienzos. Al ver el conjunto de lienzos que se iban acumulando, Cecilia notó que le hacía falta un color, el azul, por lo que recurrió a la técnica de cianotipia para incorporarlo.
Resulta estimulante recordar que la cianotipia es un procedimiento fotográfico iniciado a mediados del siglo XIX que fue perfeccionado por Anna Atkins, botánica británica quien recurrió a este método para documentar plantas de manera fidedigna. Atkins, por cierto, es considerada la primera mujer fotógrafa.
La instalación que presentamos en esta sala busca recrear el bosque que Cecilia formó en su hogar durante la primera etapa de la pandemia. El viento entra por las ventanas para hacer danzar a las hojas contenidas en los lienzos. Las luces y las sombras cambian a lo largo del día y según el correr de los meses. Los colores en las telas disminuirán su intensidad: como en un bosque, el paisaje se transformará paulatinamente.
Nuestra experiencia al recorrer este espacio será distinta cada vez, pues aunque los lugares sean estáticos, lo que ocurre en ellos nunca lo es. Cecilia considera que su experimentación en telas ha sido una fase transitoria: efímera. En cierto modo, la foto también lo es, pues las imágenes que la lente captura ocurren tan sólo un instante: es su recuerdo lo que permanece. Estas ideas nos permiten cuestionar la noción de lo absoluto, pues a pesar de la ineludible terminación de lo efímero, el final no es tajante. Toda etapa pasajera, incluida esta pandemia, nos brinda la oportunidad de renovar nuestra perspectiva sobre el mundo que nos rodea y, sobretodo, el rol que jugamos en él. Esta fiebre que padecemos podrá no sentirse tan efímera, pero así como nos ha hecho delirar, también nos orilla a plantear nuevos modelos de ser, de pensar y de sentir…de ser.
Hector M Meneses Lozano
Febrero 2022